MÚSICA PARA NIÑOS Y NIÑAS LATINOAMERICANOS

RECORRIDO COMPOSICIONES MUSICALES PARA LA INFANCIA LATINOAMERICANA (1952-2005)


El arte en cualquiera de sus expresiones, permite una comunicación universal en la que todos de alguna manera, entendemos, apreciamos y expresamos emociones y sentimientos (Casas, 2001), mediante recursos plásticos, lingüísticos, sonoros o mixtos.  La música como recurso sonoro y lingüístico, aumenta la creatividad, desarrolla el lenguaje  y potencia el desarrollo psicomotor en los niños y las niñas desde la gestación, hasta la vida adulta.

Cuando le cantamos a los niños y a las niñas no solamente  interiorizamos en ellos elementos como el ritmo, la melodía, la armonía o el material sonoro y la forma, sino que además, a partir de la imitación, desarrollan aspectos fundamentales como  “la observación consciente, la capacidad de atención, la concentración, la asimilación-comprensión, la retención (memoria) y la capacidad de evocación”[1].

Cuando el niño o niña escucha, entra en el mundo del compositor, recreando mundos diversos, viajando por el tiempo para leer en términos musicales la historia de la humanidad y del hombre. En América Latina, diversos compositores y cantautores han elaborado trabajos discográficos específicos para la infancia, de los cuales he realizado una pequeña selección que abarca desde la época de oro del cine mexicano, hasta principios del siglo XXI. 



Inicio este recorrido musical con la interpretación de Germán Valdés (Tin Tan) en la película mexicana El Ceniciento (1951) del tema “El Cazador” escrita por el gran compositor Gabilondo Soler “Cri Cri”. Esta película realizó una adaptación de la película “La Cenicienta de Disney”, convirtiéndose en una de las películas más famosas del comediante Tin Tan.

En esta época de oro del cine mexicano, otro reconocido actor y cantante mexicano, Pedro Infante, representante de la música ranchera interpretó un romancillo español titulado “El piojo y la pulga” en 1952. Otras canciones infantiles entonadas por el actor y cantante fueron: Osito Carpintero, Conejo Blas (Francisco Gabilondo Soler), Yo no fui (Consuelo Velasquez), Nana Pancha (Federico Curiel) y Adios Lucrecia (Fernando Estenóz – Miguel Medina), canciones compiladas en el trabajo discográfico Pedro Infante y sus Amigos Canciones Infantiles, junto con Enrique Rambal y Tilin y sus ratoncitos.

Francisco Gabilondo Soler compositor mexicano originario de Orizaba, Veracruz, es uno de los cantautores de música infantil más reconocido en Latinoamérica, identificado por el personaje Cri Cri, el grillito cantor. Algunos de sus discos editados fueron: Cri Cri, El Grillito Cantor (1956), Homenaje a Cri Cri (1957), Más canciones del Grillito Cantor (1958), Los amigos de Cri Cri (1959), Cuentos y Canciones de Cri Cri (1963), Todo el año con Cri-Cri (1963), 30 Aniversario de Cri Cri (1964), Conejo Blas a dónde vas (1964) y  Lo Esencial de Cri Cri CD1, CD2, CD3 (2007). En total compuso alrededor de 210 canciones de las cuales 207 se conservan y tres están perdidas.

Sobre los años 50, la poesía se hace canción gracias al gran aporte de María Elena Walsh, originaria de Buenos Aires, Argentina, quien fue una poetisa, escritora, música, cantautora, dramaturga y compositora, considerada como “mito viviente y prócer cultural de casi todas las infancias”. Entre sus obras infantiles de destaca el personaje Manuelita la tortuga y los libros Tutú Marambá, El reino del revés y Dailán Kifki. Sus canciones han sido interpretadas por El cuarteto Zupay, Luis Aguile, Mercedes Sosa, Rosa León y Joan Manuel Serrat. Tiene una gran discografía (cerca de 20 discos) y más de 50 libros.

Hacia 1966, Violeta del Carmen Parra Sandoval, nacida en Santiago de Chile, cantautora, pintora, escultora, bordadora y ceramista Chilena, fundadora de la música popular Chilena interpretó la canción infantil “Run Run se fue pa´l Norte” en su último trabajo discográfico antes de su fatídica muerte. Considerada por muchos fuente de inspiración por su ardua tarea de rescate de la música del campo chileno y las manifestaciones constituyentes del folclore del país y de Latinoamérica.

Atahualpa Yupanqui (Hector Roberto Chavero Aramburo), cantautor, guitarrista, poeta y escritor argentino, en su repertorio musical también cantó para la infancia.  Ejemplo de esto, la canción “Duerme negrito” recopilada en su álbum Campesino-duerme negrito (1968), una vieja canción  tradicional que aprendió de una mujer afrodescendiente en la zona Caribe, (frontera entre Colombia y Venezuela) que narra la historia de una madre que tiene que dejar a su hijo con una vecina mientras se va a trabajar al cafetal.

También de la Argentina, Waldo Belloso, pianista, arreglista, director de orquesta y compositor realizó un álbum denominado “Canciones para Argentinitos” en la década de los 70´, “una aventura pentagramada transitando por todos los ritmos del folclore argentino, haciéndose conocer en el viaje más de 20 personajes, dentro de las dieciséis canciones que componen el espectáculo[2] en el cual recrea canciones como “El gato de la calesita” interpretada por el conocido cantante argentino Hernán Figueroa Reyes.

Nuevamente de la Pampa Enrique Fischer, más conocido como “Pipo Pescador”  precursor del generó infantil en Argentina, durante toda su vida, ha tenido una estrecha relación con los niños y niñas. Inició su vida laboral trabajando como animador en jardines infantiles y luego incursionó como animador de programas de televisión, hasta que tuvo su propio programa “La Cometa Blanca” en la Televisión Española. En el año de 1972 lanza un trabajo musical denominado “Canta para los chicos y la familia” en el cual se destaca la popular canción “El auto de Papá”. Algunas de sus canciones han sido interpretadas por el ratón marioneta de la televisión infantil Topo Gigio y los Payasos de la Tele Gaby, Fofó y Miliki.

Piero Antonio Franco de Benedictis, comúnmente conocido como Piero es un cantautor latinoamericano de origen italo-argentino el cual a incursionado en generos musicales como la canción protesta y el rock argentino. En 1973 lanzo su primer trabajo discográfico dedicado a la infancia nombrado La sinfonía inconclusa en la mar y, en 1995 produjo un disco doble sobre los derechos de los niños junto a personalidades como David Gilmour (de Pink Floyd), Annie Lennox, Joaquín Sabina, León Gieco, Jairo, Baglietto, Miguel Cantilo y el ídolo del fútbol argentino Diego Armando Maradona.

Las canciones infantiles más conocidas por los colombianos de la generación de los 70’y 80’  fueron compuestas e interpretadas por la chilena Marlore Andwandter, una profesora de iniciación musical en Chile, Colombia y Mexico. En 1975 lanzó su primer trabajo discográfico en Colombia llamado “Los Canticuentos” producidos por la empresa discográfica Codiscos. Entre las canciones más conocidas se encuentran La iguana y el perezoso, La serpiente de tierra caliente, Mi tía Clementina, la Bruja Loca, entre otras.

También sobre mediados de los años 70’ nace “Cepillin”, un personaje interpretado por Ricardo Gonzalez Gutierrez, originario de Monterrey México, estudiante de odontología, quien empezó a pintarse la cara para que los niños no le tuvieran miedo al momento de arreglarles sus dientes. Poco a poco fue adquiriendo mayor fama, teniendo su propio espacio televisivo llamado “El Show de Cepillin” transmitido en 18 países de Latinoamérica con bastante éxito. A partir del programa de televisión surgieron sus trabajos discográficos entre los que se pueden mencionar: La feria de Cepillin, Cepillin y las Ardillas de Lalo Guerrero y Cepillin Rondas Infantiles.

Nuevamente en Argentina, sobre los años 80’ el conocido Cuarteto Zupay, precursores del estilo música popular argentina, interpretan la popular música infantil escrita por la poetisa y escritora María Elena Walsh, en el trabajo discográfico Canciones Infantiles (1986). El disco incluye canciones como: Canción de la vacuna, El último tranvía, La reina batata, La pájara pinta, El reino del revés, Canción del jardinero, La vaca estudiosa y Canción de tomar el té.

Finalizando ésta década, inicia su producción musical Jairo Ojeda, nacido en el departamento de El Cauca, uno de los pioneros de la canción infantil en Colombia, compositor, pedagogo, diseñador y fabricante de la Imprenta Manual. Ha sido ganador de importantes premios y reconocimientos por sus grandes composiciones, no sólo para niños sino para el público adulto en general. (Festivales: Víctor Jara (Bogotá - 1982), Festival Clavel Rojo (Sochi/URRS 1983), Festival de la Canción Colombiana (Villavicencio - 1985 y 2001), Festival Nacional Mono Nuñez (Ginebra Valle - 1995 y 2000), y el Festival Nacional del Bambuco (Pereira). Entre su gran repertorio se encuentran canciones como Chontaduro maduro vende el negrito, Juguemos a la sombra, la Mariposa, Juan Sin Miedo, Brujita Verde, entre otras.

Sobre la década de los 90’, el médico veterinario y cantautor colombiano Jorge Velosa, nacido en Ráquira, Boyacá, conocido como co-iniciador del género musical “Carranga” (música campesina proveniente de la región andina colombiana), lanza en 1998 un albúm integrado por canciones infantiles y canciones con un fuerte discurso ambiental y político como La rumba de los animales, El marranito, Póngale cariño al monte, El pateperro, La gotica de agua, entre otras. En el año 2000, en el vecino país de Bolivia, una de sus canciones infantiles ha sido escogida oficialmente como ayuda en la enseñanza del español para las comunidades indígenas; y la Universidad Nacional de Colombia y su Asociación de Exalumnos, la galardonó con el premio a la Excelencia Nacional en Artes y Ciencias.

Para finalizar este corto recorrido musical, Luis Maria Pescetti, escritor, músico y comediante argentino desde el año 1999 inicia su trabajo musical con el álbum El Vampiro Negro, seguido de Casette Pirata(2001), Antología de Luis Pescetti (2003), Bocasucia (2004), Qué público de porquería (2005) e Inútil insistir (2008). Con la edición colombiana de “El vampiro negro” y “Cassete Pirata” gana el premio GRAMMY 2010 a la música infantil.


[1] Casas Maria V. ¿Porqué los niños deben aprender música? Colombia Médica Vol 32 No. 4, 2001.